octubre 22, 2008

Seguridad y libertad

"Those who would give up essential liberty to purchase a little temporary safety deserve neither liberty nor safety" (Benjamin Franklin, An Historical Review of the Constitution and Government of Pennsylvania).

"Hace exactamente setenta años [1929], Sigmund Freud escribió Das Unbehagen in der Kultur, traducido al español bajo el título El malestar en la cultura. En esa obra primordial, Freud sugería que la “cultura” [occidental moderna] es un trueque: un valor atesorado se sacrifica a cambio de otro, igualmente imperativo y caro al corazón. En la traducción, leemos que el mayor don de la cultura es la seguridad que ofrece: seguri-dad con respecto a los muchos peligros que proceden de la naturaleza, del propio cuerpo y de las demás personas. En otras palabras, la cultura libera del miedo o, por lo menos, hace que los miedos resulten menos intensos y terribles. A cambio, sin embargo, la cultura impone restricciones –a veces severas, generalmente oprimentes, siempre irritantes– a la libertad individual. Los seres humanos no son libres de ir en pos de todo lo que sus corazones desean, y casi nada puede alcanzarse con la profundidad que nuestro corazón desearía. Los instintos son mantenidos a raya o suprimidos de plano: desventurada situación, que causa desazón psíquica, neurosis y rebeldía. Los malestares más comunes y las conductas transgresoras del orden emanan, según Freud, del sacrificio de gran parte de la libertad individual en aras de lo que hemos ganado –colectiva e individualmente– en términos de seguridad individual" (Zygmunt Bauman, En busca de la política).





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